20
de julio de 1367
Aguas de la Foia
El 20 de julio
de 1367. Cinco años después de producirse la enfeudación de la Foia de Castalla,
se reunió el Consejo general en San Nicolás para acordar nuevamente la distribución
del agua según los derechos adquiridos.
Esta piedra en
el zapato, nos fue impidiendo caminar hasta… hasta que dejó de
ser rentable el mantenimiento del agua para los alicantinos, bastante antes que
el agua, nuestra agua, solo sirviese para ducharse los turista. Pero menos da
una piedra.
20 de julio de 1676
Antonia Sempera Berenguer
Beneficiado de la Natividad de Nuestra Señora. Cita. C. Aracil. En el
tema de los beneficiados y las capellanías se encuentran interesantes noticias.
En esta ocasión recuperamos el apellido Sempera, ya vigente en Onil en el año
1679, al hacer referencia al mismo en el matrimonio contraído por Antonia Sempera
Berenguer el 20 de julio de 1679. En la actualidad, los hermanos Miguel y Pepe,
más conocido como Miguelito Sempera y Pepe Sempera, también llamado Pepe el
Roig. Hoy esto va por vosotros.
20 de julio de 1691
Y como
siempre, los franceses en plan toca pelotas
España, por
esta fechas, tenía su guerrita particular con el rey de Francia Luis xiv, cuya flota merodeaba por el mediterráneo.
Las noticias llegaban al puerto con los barcos que allí fondeaban. Ante el
temor de un desembarco francés, la mañana de tal día como hoy, 20 de julio, la Milicia
efectiva se atrincheró en las proximidades de la Playa de Baver (Babel.
El mismo día el
municipio de Alicante despachó sus postas a los pueblos reclamando las compañías
de socorro ordinario y extraordinario, apresurándose a verificar el mandato la
ciudad de Orihuela y las villas de Jijona, Onil, Castalla, Biar, Ibi, Elda,
Novelda y otras.
En la tarde
del 21 de julio de 1691 se avistó la armada francesa, compuesta de catorce
navíos, veinticinco galeras, tres pontones y nueve embarcaciones menores. El virrey
del reino (cuyo nombre omito por «cagueta», abandonó la ciudad y los habitantes hubieron de tomar las armas para
resistir el ataque de la escuadra francesa.
La aurora del
día 25 de julio debió ser funesta para los alicantinos, privados de
municiones y sin apenas defensores para cubrir la muralla. Pero la providencia les echo una mano, haciendo bueno aquello de «quien madruga Dios le ayuda». Al asomar la luz del citado día apareció en el Cabo de
la Huerta un bergantín de guerra precedido por la escuadra española con ochenta
velas aproximándose por estribor del navío almirante francés. Entonces cambiaron
las tortas. Los sitiados se convirtieron
en los agresores, y el conde Etress se vio obligado a tomar las de Villadiego alejándose
de una ciudad desmantelada y sin guarnición (toma del frasco, franchute).
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