28 de septiembre de 1769
Los gastos de las fiestas
Este expediente General de Hermandades,
Cofradías y Festejos, no había procedido en su totalidad de la iniciativa de la
Corte, sino porque desde hacía unos años, el conde de Aranda venía recibiendo continuas
quejas del obispo de Ciudad Rodrigo (Salamanca), sobre el excesivo gasto que se
hacía en los pueblos en festejos populares. La queja venía motivada porque los
gastos religiosos, que eran lógicos para la iglesia, el citado obispo los
consideraba excesivos para festejos populares. De aquí que el obispo de Ciudad
Rodrigo se decidiera a reclamar la intervención real, alegando el excesivo
gasto en pólvora que se hacía en estas fiestas, que según él, ponía en peligro
el suministro de pólvora a los pueblos en caso de movilización de las milicias.
El rey solicitó un informe previo de la
cantidad de dinero empleado en los festejos populares. El conde de Aranda se
vio en la obligación de solicitar un informe detallado de las fiestas y sus
gastos a los corregidores (gobernadores) de España, para que a su vez, los
corregidores los hicieran llegar a cada una de las ciudades y pueblos.
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